- Área: 45 m²
- Año: 2016
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Fotografías:José Oller, Alejandro Beautell, Efraín Pintos, Flavio Dorta
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Proveedores: Cementos TEIDE, Marrero
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Durante años, los habitantes del barrio de El Pris han intentado constituirse como comunidad de fieles y favorecer la construcción de un templo propio, bajo la advocación marinera de la Virgen del Carmen. Dicha construcción, por diversos motivos, y en distintas localizaciones, se había visto frustrada. La imagen de la Virgen, de gran devoción y tradición entre los vecinos, se encontraba depositada en la cofradía de pescadores, en tanto pudiera ser devuelta a un lugar de culto.
La parcela, situada junto al viejo embarcadero, era ciertamente complicada debido a sus reducidas dimensiones y a su forma irregular. A esta dificultad se sumaban la importante pendiente del estrato rocoso sobre el que se levantaría la ermita (el terreno no permitía el desmonte por el peligro de transmitir vibraciones a las precarias edificaciones anexas) y las consabidas restricciones de la Ley de Costas, amén de los escasos recursos económicos disponibles.
En una zona sin referentes arquitectónicos, donde proliferan edificaciones de autoconstrucción, la edificación proyectada pretende completar la fachada del conjunto edificado sobre el peñón. El reto consistía en integrarse sin imponerse, de forma que la agrupación de casas no perdiera su carácter.
La ermita se proyecta como un único volumen cilíndrico, truncado en su parte superior. De esta manera, el espacio interior se eleva en altura, conforme nos vamos acercando al altar. Como espacios sirvientes se proyectan un pequeño espacio de oración para los pescadores de la zona, a modo de cueva, y una sacristía. La disposición de los volúmenes favorece un espacio abierto entre ambas construcciones a modo de patio de acceso, protegido de los fuertes vientos dominantes.
El altar se sitúa orientado al norte. El espacio circular donde se ubica la asamblea es un espacio diáfano sin diferenciación de alturas. Un único banco monolítico, que nace de la pared, albergará las plazas de asiento necesarias entorno a la mesa del altar. En la continuidad de la pared se proyecta un Vía Crucis compuesto por 14 estrellas rehundidas en la misma. Sobre el retablo de hormigón abujardado se produce una importante entrada de luz cenital, a través de un vidrio azul, que cualifica el espacio resultante.
A nivel material, la construcción resulta de gran austeridad, la sencillez de los materiales utilizados y el empleo de recursos tales como la iluminación natural, dotan a la edificación de un carácter ascético que busca lo esencial. El retablo de hormigón abujardado contiene vidrios azules en su masa, que provienen de las botellas de vino blaco de la tierra que compartimos con los vecinos de El Pris tras la colocación de la primera piedra.
El hormigón visto, en contraste con los enfoscados rugosos acabados a la tiroliana, junto a la interacción de la luz sobre éstos, constituyen la materialidad del proyecto. Se prescribe hormigón fratasado para el pavimento de la nave y hormigones abujardados en las piezas que conforman el altar y el ambón. La puerta es estructura de madera maciza de morera con tiradores del mismo material en forma a A y de M.
Arquitectura de lo sagrado
La circunferencia que conforma la proyección en planta del templo, representa la feminidad de la virgen María, la figura materna que abraza a los fieles. Así pues, la Virgen del Carmen preside el espacio, situándose en el norte como metáfora de su función de guía a los marineros durante la noche, la Stella Maris o Estrella del Mar.